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La compresión es multiplicativa

Hace unos días me tocó asistir en un concierto al técnico de sonido de una banda. La formación estaba compuesta por 3 músicos y un coro de 9 voces. Antes de empezar la prueba, el técnico me pidió aplicar un compresor con un ratio 3:1 en todos los canales de las voces, y enviarlas a un subgrupo donde aplicaba otra compresión con un ratio de 3:1.

El resultado de la mezcla, para mi gusto personal, fue que había demasiada compresión en las voces. Pero lo interesante es que eso me hizo reflexionar sobre lo que sucede cuando aplicamos la compresión de manera encadenada (en ningún momento pretendo hacer una crítica, al final todos tenemos nuestros criterios y de hecho aquel concierto fue un éxito y todos quedaron encantados).

La compresión no es aditiva: es multiplicativa

Se puede creer que si aplicamos un compresor 3:1 y después otro compresor 3:1, el resultado es una compresión de 6:1. Error. Cuando encadenamos compresores, la compresión es multiplicativa, no aditiva. Dos compresores 3:1 nos darán un resultado similar a un 9:1. Si aplicamos un compresor 4:1 y después otro 10:1, ¡el resultado será equivalente a aplicar una compresión 40:1!

Dos compresores 5:1 encadenados generan una compresión de 25:1

Voy a tratar de dar la explicación matemática del proceso. La fórmula para calcular el nivel de salida de un compresor es la siguiente:

Si diseccionamos la fórmula, todo parece evidente: La reducción que va a aplicar nuestro compresor es a la parte de señal que está por encima del umbral o threshold (entendemos que con una rodilla o knee dura). Por tanto, debemos restar a la señal de entrada el umbral para saber a qué parte del audio se va a aplicar reducción.

Esa señal que va a ser comprimida se divide por el ratio (únicamente el número entero que va delante del :1). Es decir, un ratio de 3:1 en la fórmula lo sustituiríamos por 3. Y a la cantidad resultante de esa operación le sumamos el threshold para obtener el nivel de salida final.

Calculando un ejemplo para comprobar que dos compresores seguidos son multiplicativos

Veamos ahora un ejemplo para que todo quede más claro. Vamos a aplicar dos compresores a una señal. Los compresores tienen el threshold a -10dB y un ratio de 3:1. Obviamos para este ejemplo tiempos de ataque y de release. La señal entra al primer compresor con un nivel de 0dB. Por tanto, vamos a calcular la reducción aplicada por el primer compresor:

La señal de 0dB, tras pasar por el primer compresor, se ha quedado en -6,6dB

Calculemos ahora la segunda reducción que efectuará un segundo compresor. Mismos parámetros excepto la señal de entrada, que ya no es 0dB sino -6,6dB:

Por tanto, los compresores 3:1 encadenados nos dan una reducción total del rango dinámico de -8,86dB.

Ahora bien, ¿qué sucederá entonces si en vez de dos compresores ponemos un único compresor de ratio 9:1? Calculémoslo:

Matemáticamente vemos que obtenemos el mismo resultado.

Comprobación en Pro Tools

Lo hemos calculado matemáticamente, pero vamos a comprobarlo también de manera práctica. Para ello, vamos a utilizar un tono puro en Pro Tools y un plugin de compresión. Replicaremos exactamente el mismo cálculo anterior.

Veámoslo en este vídeo:

Conclusiones

Podemos comprobar que, a efectos prácticos, aplicar dos compresores tiene un resultado multiplicativo. Sin embargo, aunque el nivel obtenido sea el mismo utilizando dos compresores que uno solo con el ratio más alto, a efectos auditivos no tiene por qué ser lo mismo.

Muchos técnicos, especialmente en el ámbito de mezclas en estudios de grabación, pueden aplicar varios compresores seguidos reduciendo muy poco con cada uno de ellos en lugar de utilizar un único compresor con un ratio más alto. Esto tiene su razón de ser, ya que es posible que un compresor no responda igual según los niveles que recibe. De cualquier forma ese tema queda ya fuera de los propósitos de este artículo, donde simplemente pretendía clarificar lo que sucede en cuanto a reducción del rango dinámico cuando encadenamos compresores.

Como siempre, si te ha gustado (o no) el artículo, agradezco comentarios 🙂

 

Ejemplo práctico de cómo ajustar un compresor

Llevo tiempo con demasiados frentes abiertos, y poca dedicación al blog. Aunque tengo bastantes artículos a medio terminar, no consigo terminarlos por diversos motivos. Sin embargo, quería publicar algo este mes sin falta, y tenía que hacerlo ya por cuestión de calendario.

Así que para este mes he optado por colgar un video explicativo, cosa que no había hecho hasta ahora. Es un formato de video bastante sencillo y no muy profesional, lo sé. Pero es un formato que me funciona muy bien para explicar conceptos prácticos y lo suelo utilizar con mis alumnos que estudian a distancia a través de CPA Online en el curso de sonido en directo.

La verdad es que los compresores, en general, son los procesadores que más les cuesta aprender a manejar a todas las personas que se inician en el mundo del sonido. Muchas veces veía a mis alumnos insertar los compresores y ajustar sus parámetros casi al azar. Con el método que ya expliqué en el artículo «Aprender a ajustar un compresor», la verdad es que la curva de aprendizaje para entender cómo ajustar un compresor mejora de manera muy significativa.

Tanto si os gusta como si no os gusta el video de ejemplo práctico de ajuste de compresor, agradecería comentarios para saber si este tipo de contenido es útil (y quizás algún otro mes publicar otro vídeo) o bien no publicar más.

Aprender a usar un compresor

La semana pasada estuve haciendo un concierto en una pequeña sala. El técnico de la sala, con el que he coincidido varias veces allí, me dijo en un momento dado: «oye, quiero aprender a usar un compresor, échame un cable, por favor». Y claro, te dicen eso a bocajarro, y te das cuenta que no es tan sencillo como explicarle qué hace cada parámetro.

Los compresores creo que son una de las herramientas más incomprendidas en general en el mundo del sonido. No voy a hablar del funcionamiento básico de los compresores porque entiendo que quien más quien menos ya sabe cómo funcionan ( y si no aquí tenéis un enlace bastante interesante, y varios artículos sobre compresores que no tienen desperdicio). Sin embargo, quiero hablaros de un método de ajuste de compresores que plantea Michael Paul Stavrou en su libro «Mixing with your mind» que puede ser útil si no tienes claro cómo exprimir al máximo los compresores.

Empezando a ajustar un compresor.

Stavrou plantea que la clave para saber ajustar correctamente un compresor se basa simplemente en seguir el orden correcto para escuchar claramente cómo afecta cada parámetro al sonido que queremos procesar.

Todo compresor estandar tiene cuatro controles habituales: Ataque, Release, Ratio y Threshold, y la compresión resultante es la suma de estos cuatro parámetros. Si los ajustamos en el orden adecuado no tendremos que volver hacia atrás si alteramos un parámetro, como por ejemplo podría suceder si ajustamos el release hasta que nos guste y luego cambiamos el ataque…  ya que ¡al modificar el ataque, el release sufrirá probablemente alteraciones!

Lo primero que deberíamos hacer, según el método Stavrou, sería ajustar el ratio tan alto como podamos (20:1, infinito:1…) y el release tan rápido como permita el compresor. Una vez hecho esto, pasamos señal de audio al compresor y hacemos que comprima (ya sea reduciendo el threshold o en algunos compresores, aumentando el «Input»). Ok, ya tenemos el compresor comprimiendo (aunque ojo, no debe estar comprimiendo todo el rato, deja el threshold lo suficientemente arriba para que haya compresión, pero no de forma contínua.)


 

Ajustando el ataque.

Ahora trata de escuchar cómo cambia el ataque del sonido cuando vas moviendo el potenciómetro del ataque. Trata de ignorar el efecto de bombeo tan desagradable que produce tener el release ajustado tan rápido y céntrate sólo en escuchar el ataque.

Si por ejemplo estamos comprimiendo una caja de batería, date cuenta de cómo el ajuste del ataque modifica el tamaño del golpe: al tener el ataque rápido hace parecer como si la caja de la batería fuese más delgada de lo que realmente es, y además el efecto sonoro de aumento del transitorio que produce tener el parámetro de ataque tan rápido provoca que parezca que el sonido está más cerca. Por el contrario, si el ataque es lento es como si la caja fuese mucho más gruesa y no estuviese tan delante. Ojo, porque un ataque excesivamente rápido reducirá mucho el transitorio inicial y también hará que el sonido de la caja parezca más pequeño.

Del mismo modo, en una guitarra acústica con el ataque muy rápido, escuchamos sólo cómo la uña del dedo golpea la cuerda. Con un ataque lento, escuchamos todo el rasgueo completo (el transitorio inicial no se ve afectado por el compresor).

Por tanto, para ajustar el ataque del compresor, la clave es escuchar lo «gordo o delgado» (por llamarlo de alguna manera) que queremos el sonido, o lo «delante o detrás» que lo queremos situar.

Normalmente cuanto más rápido sea el ataque conseguiremos sonidos más finos y más presentes, y cuanto más lento sea más grueso será el sonido y más atrás parecerá que está. Al tener el ratio al máximo y el release muy rápido será mucho más fácil escuchar los cambios que provoca la variación del tiempo de ataque.


Vamos a por el release.

Vale, lo tenemos. Hemos ajustado el tiempo de ataque hasta conseguir un sonido del tamaño adecuado. El segundo paso es ajustar el tiempo de release. El release controla la velocidad a la que el sonido vuelve a su estado original después de haber sido aplastado por el compresor. El truco para ajustar el release es conseguir que la velocidad de liberación del compresor se convierta en un componente musical del sonido. Stavrou aboga por dejar el release lo más lento que podamos, pero de forma que el release del sonido refuerce el groove del tema. Propone escuchar cómo camina el release con la música y buscar el punto en el que puedas sentir algo así como un balanceo, como si el sonido estuviese columpiándose al ritmo de la canción.  Probadlo, que funciona.

El release muy rápido suele provocar la conocida sensación de «bombeo» en el sonido, que en ocasiones se utiliza como un efecto sonoro en algunos estilos musicales.


Train Your Ears

El ratio.

Llegado a este punto, tenemos el ratio al máximo, por lo que seguramente estaremos pasándonos con la compresión, así que lo siguiente que toca hacer es reducir el ratio lo máximo que podamos sin perder el efecto sonoro que hemos creado con el ataque y el release.

Podemos pensar en el ratio como si fuese un zoom de una cámara de fotos: cuanto más aumentamos el zoom, menos campo de visión tenemos. Con el ratio pasa algo parecido: Cuanto más comprimimos, más pequeño hacemos ese sonido aunque estará dinámicamente más controlado.

La idea, normalmente, es tener un sonido grande y controlado. Así que vamos allá, vamos a ir bajando el ratio hasta que notemos que hemos perdido el efecto conseguido con el ataque (el sonido gordo o delgado) y el release (el groove que producía). No miraremos números del ratio ni cualquier otra cosa. Sólo escucharemos. Y cuando ya no escuchemos esos efectos, pararemos de bajar el ratio y empezaremos a subirlo hasta recuperarlos.

El ajuste deberá ser un compromiso entre «¿cómo de grande quiero el sonido?» (ratio bajo) y «¿cómo de controlado dinámicamente quiero el sonido?» (ratio alto), todo ello al gusto del consumidor.


 

Esta técnica de ajuste de compresor es un buen punto de partida si no tienes mucha experiencia ajustando compresores, y espero que os pueda ser de utilidad para aprender a usar un compresor.

Evidentemente, con el tiempo, aprenderéis a conseguir la modificación de dinámica que necesitamos sin seguir todos estos pasos. La mejor manera de aprender a utilizar compresores es utilizándolos «activamente»: escuchando los efectos que produce.

No usaremos de la misma manera los compresores cuando nos toca sonorizar un concierto que cuando estamos trabajando en el estudio, pero al fin y al cabo el funcionamiento de los compresores es el mismo en ambos ámbitos. Tampoco hemos hablado de la tipología de los compresores, que es todo un mundo. Todo eso lo dejamos, quizás, para otra entrada futura de nuestro blog.

Si os ha servido el artículo, u os ha parecido interesante, agradeceríamos que lo compartiéseis o comentáseis 🙂